En cualquier periplo, encontrar un punto inicial de arranque resulta complejo y al final termina siendo caprichoso. En la literatura mexicana, la pauta parecen determinarla estilos, grupos, generaciones o acercamientos críticos. Así, en el mapa literario del siglo veinte, el acercamiento a los autores mexicanos resulta sencillo durante su primera mitad, empero los referentes se complican y diversifican a partir de la segunda mitad. Las expresiones, además de multiplicarse en todas las variantes literarias, se diversifican de tal manera que desde entonces resulta difícil capturarlas para su análisis e inevitable etiquetamiento.
Aparejado a ese fortalecimiento de las letras mexicanas, nutrido incluso por esa tendencia, emergen editoriales, publicaciones, suplementos en medios escritos, instituciones gubernamentales, premios literarios, lo cual visto en conjunto constata que se trata de un período que indubitablemente debe ser considerado el punto germinal del tránsito que desde entonces ha tenido la literatura mexicana .
Es cierto que actualmente tanto revistas como suplementos dedican espacios al devenir del quehacer literario de nuestro país de las últimas siete décadas, sin embargo no se identifica alguno dedicado exclusivamente a esta temática. Por otra parte, algunas instituciones gubernamentales cuentan con espacios digitales sobre el devenir literario en nuestro país y cada vez son más notables las publicaciones, digitales e impresas, dedicadas a difundir las obras nuevas de los autores en ciernes.
En el momento actual de México, que argamasa tanto desconfianza como aspiración, su literatura representa un elemento sustantivo en la definición de cualquier opción de bienestar que se maquine. Las letras mexicanas tienen potencial –más emocional que económico- para ser consideradas tanto herramienta interna como instrumento de promoción internacional, palestra donde nuestra literatura tiene un reconocimiento sobresaliente. Esa es en suma la fundamentación –piedra de toque- de cambiavías, una revista sobre la literatura mexicana que ha emergido desde mediados del siglo pasado a la actualidad, lo cual de manera implícita conlleva géneros, autores y editoriales. Se asume que en la actual tendencia globalizadora, reivindicar lo local, no lo nacionalista ya que el lenguaje literario trasciende cualquier frontera, además de necesario, es imperativo.