Creación
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Pausa Activa
La mirada como herramienta en la descripción de acontecimientos es sólo un subterfugio para develar la realidad en su integridad. Las crónicas de Andrea Mejia lo confirman.
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Barcelona, la Sagrada Ciudad
La crónica viajera conlleva enrancia en quien la hace y en quien la lee. Así lo confirma Rosa Núñez, quien en vez de maleta utiliza una mirada que nos brinda lo que estaba ahí y los otros no vieron.
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Una Reunión Improductiva
{ micro relato } —Mire señor, no es cosa mía lo del formato Z-387, es sólo que el procedimiento tiene que hacerse según dice la norma LAPA. ¿Alguna otra duda? —Sí, una última consulta. —Usted dirá. —¿Quién carajos es la tal Norma Lapa y por qué no vino a la reunión? [ C ] Daniela…
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El sexto de los nuevos días
26. Dios dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo”. (…) 31. Dios miró todo lo que había hecho, y vio que…
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Música para un domingo de fiesta
Quiero hablar de una música muy lejana a nosotros. Nadie me lo ha pedido pero intentaré definirla a través de la tersura y la espiritualidad en un sentido próximo a la poesía, esto es, revelando al mundo mientras permite su propio goce. Pero no es posible definirla, debo reconocerlo. Acaso dar un acercamiento y proponer…
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Mi(s) Ithaca(s)
1 Debí imaginar que viviría mi primera odisea en ese viaje al estado de Nueva York que planeé por varios meses. ¿Acaso el nombre de Ithaca no me decía nada? La verdad es que mi cabeza antes del viaje solo se resumía en tres letras: NYC. Lo mismo les pasaba a mis amigos de la…
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Escribir y ser diplomático
No estudié literatura en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM porque tuviera una vocación clara; más bien porque me confundía —o ahogaba— en un mar de vocaciones posibles. Solo sabía una cosa de cierto: me gustaba evadirme, leer. Con excepción de terminar como dentista o contador, todo lo demás, ya sea profesión,…
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El Ruso
Regreso a casa. Vengo de visitar a Leonardo en el hospital, quien me recibió con su abrazo fraterno y me preguntó por Rusia. Afuera del hospital estaban mis ahijadas, sus hijas que cargaban a los niños en brazos, y nuestros viejos amigos de la escuela: Pedro, el artesano que nos enseñó a hacer las máscaras…
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Bésame Mucho y el equívoco coreano
No recuerdo quién fue el primero, pero ocurrió poco tiempo después de mi llegada a Seúl. “¡Ah, mexicano!” Solía exclamar mi interlocutor, por lo general un hombre de cierta edad. Después de intercambiar algunas frases banales y corteses en inglés, sobre el clima y el tequila, se acercaba un poco más y me decía, en confidencia:…
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Almas en llamas
Alejandro Estivill Los reflejos blancos y rojos que embisten el aire húmedo son la clave para conocer con certeza el lugar donde uno se encuentra. Estamos ahí. No tenemos dudas; no porque conozcamos de tiempo ese aroma y esos muros craquelados, despostillados como víctimas de una infección de salitre, con la pintura abombada en sus…
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Memorias de Santiago: Londres 38
Rosa Núñez Pacheco En el barrio París y Londres encontré la memoria que Chile se resiste a olvidar. Esas calles céntricas del antiguo Santiago, con estilo europeo y adoquines negros, las recorrí durante los cinco días que anduve por ahí hace algunos años. Los gatos del hotel donde me hospedé no me anunciaron nada. Yo…
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Otra transfusión
Leandro Arellano Ningún presagio, ninguna admonición, los sucesos de improviso y nada más… El avión arribó a tiempo. La demora se generó en el desembarco y en migración, y no hubo manera de hablar con Emilio, el uso del teléfono en esas áreas está restringido. Mi inquietud no me daba reposo. Me sobrepuse y pregunté…
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Singularidades magnéticas
Daniela Gil Sevilla –¡Tenemos una nueva señal, proviene del hemisferio norte! –las palabras salen ansiosas de los labios del Operador–, aquí están las coordenadas 31° 19′ 32” N, 110° 56′ 44” O. –Calma –le dice el Controlador–, sé que es su primer día en el puesto, pero no olvide el lema de su entrenamiento: “Por…
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El Asalto
Daniela Gil Sevilla —¡Alto ahí pinches viejas, esto es un asalto! —nos gritó el hombre que acababa de salir de los cimientos abandonados y cubiertos de grafiti. —Denme todo lo que traigan —amenazó. Tan rápido como mis dedos reaccionaron, comencé a desprenderme un reloj con extensible de plástico y unos pendientes dorados. También saqué el…
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Yo estuve al servicio del Rey
Daniela Gil Sevilla –Fue en 1989 cuando comencé a mendigar –respondió el indigente–, ya llevo cuatro años así, antes había sido sastre y previo a ello estuve al servicio del Rey. –¿Al servicio del rey? –repitió el reportero, cuyo rostro de querubín contrastaba con la socarronería de su carácter. –Sí, al servicio del Rey –expresó…