Emily Temple
Ante las recurrentes declaraciones del actual presidente de los Estados Unidos respecto a la construcción de un muro en su frontera con México, la autora presenta un listado de autores mexicanos que con sus obras amplían la visión de nuestros vecinos norteamericanos acerca de nuestro país. En su relación, encontramos lo mismo noveles que autores consagrados.
Ahora que Donald Trump es presidente, están sucediendo muchas cosas horribles. Una de ellas, por supuesto, es la orden ejecutiva que firmó la semana pasada, reforzando su promesa de “construir un muro” en la frontera entre México y Estados Unidos. Ahora, dejemos por el momento la (no) practicidad de esta monstruosidad y el enloquecimiento por el precio del aguacate, porque, por encima de todo, este muro es un símbolo. México: afuera, dice. América: dentro.
Pero el contacto cultural con México –como la relación cultural con casi cualquier país, porque no vivimos en el vacío, aunque se pretenda asumir que así es- en realidad hace a Estados Unidos mejor, no peor. Más seguro, no más peligroso. El entendimiento en general tiende a hacer esto. Un ejemplo: algunos de los maravillosos libros que provinieron de México –así como aquellos de escritores mexicano-estadounidenses- en los últimos años. Ahora, por supuesto, un muro no impedirá de ninguna manera el flujo de la literatura. Después de todo, no hay que dejar de considerar el rasgo etéreo del internet. No obstante la psicología de la pared, el mensaje de que las personas y los productos provenientes de México conllevan intrínsecamente riesgos y por lo tanto estos libros podrían equipararse a los “hombres malos” de quienes Estados Unidos debe protegerse, sí podría tener un efecto nocivo. Así que a modo de recordatorio -y tal vez como una guía de regalos para los lectores que por alguna razón podrían ser partidarios de dicho muro- presento una selección de grandes obras de escritores mexicanos y mexicano-americanos contemporáneos. Yo, por mi parte, celebro la libertad de leerlos.
1. Valeria Luiselli (Ciudad de México, 1983), “Los Ingravidos” (Faces in the Crowd, traducida por Christina MacSweeney)
Esta breve novela es un estudio de sentimientos fragmentarios, un libro de ficciones superpuestas: la historia de una mujer que cuenta su propia historia y la traducción de una obra recién descubierta de un poeta mexicano, excepto que cuando ella lo hace también cuenta su propia historia, o posiblemente una historia de fantasmas. Decir de qué se trata, resulta hasta cierto punto inútil, porque de lo que se trata es de la naturaleza de la realidad, la identidad, la narración de historias y el tiempo. Entonces, aborda básicamente todo.
2. Yuri Herrera (Actopan, 1970) “Señales que precederán al fin del mundo” (Signs Preceding the End of the World, traducida por Lisa Dillman)
En “Señales que precederán al fin del mundo”, Herrera, a quien Francisco Goldman denominó “el novelista más grande de México”, ha escrito un mito lírico de una novela: la historia de una joven mexicana que cruza la frontera estadounidense con la esperanza de traer a su hermano de regreso con su madre, y entregar un paquete de alguien que quizás no tenga los mejores intereses de su familia en el corazón.
3. Manuel Gonzales (Kentucky, 1977) The Regional Office is Under Attack!
Me encantó la primera novela del escritor mexicano-estadounidense Manuel Gonzales, una obra extraña e ingeniosa con toques de cómic que usa el género como un trampolín, al mismo tiempo que profundiza en las tramas de soledad y el desconocimiento fundamental de otras personas. Pero, sabes, desde un trampolín, ¡es divertido!
4. Álvaro Enrigue (Jalisco, México, 1969) “Muerte Súbita”, Sudden Death, traducido por Natasha Wimmer
Para mí, este libro, del marido de Valeria Luiselli, fue uno de los mejores libros de 2016, una novela metafísica extraña y gratificante sobre un partido de tenis del siglo XVI entre el poeta español Francisco de Quevedo y el pintor italiano Caravaggio, jugando con una pelota rellena con el pelo de Ana Bolena.
5. Benjamin Alire Sáenz (Nuevo México, 1954) “Aristotle and Dante Discover the Secrets of the Universe”
En esta novela excepcionalmente hermosa, dos adolescentes mexicano-americanos se enamoran. Saenz escribió a propósito para iluminar la idiosincrasia de la floreciente sexualidad de sus personajes, pero también acerca de su identidad mexicano-estadounidense: “Tenemos una larga historia en este país, y no todos somos trabajadores con nuestras manos. Hay muchos mexicanos-estadounidenses profesionistas, y simplemente no está presente en la literatura “, dijo en una entrevista el autor,” y yo quería mucho hacer eso “.
6. Daniel Saldaña París (Ciudad de México, 1984) “En medio de extrañas víctimas” (Among Strange Victims, traducido por Christina MacSweeney)
París es un escritor radicado en Montreal, pero nació en la Ciudad de México, y su primera novela traducida en los Estados Unidos es la historia de un holgazán apático de la Ciudad de México que accidentalmente se casa con una de sus compañeras de trabajo y termina conviviendo con el holgazán novio de su madre en el campo.
7. Laia Jufresa (Ciudad de México, 1983) “Umami”, traducida por Sophie Hughes
Una historia sobre el dolor y la pérdida contada en varias voces, todas ellas de la misma porción de la Ciudad de México, girando alrededor de la niña que se ahogó allí hace años, y alrededor de su hermana, que vive allí ahora, plantando semillas en el patio trasero de su casa.
8. Guadalupe Nettel (Ciudad de México, 1973) “El cuerpo en que nací” (The Body Where I Was Born, traducido por J.T. Lichtenstein)
Nettle fue citada una vez por la revista Granta como uno de los mejores autores no traducidos, pero ahora ella ha dejado de estar olvidada. Esta novela es una historia tensa y hermosa de una niña tratando de sentirse como en casa en su cuerpo imperfecto, “cucaracha”, sintiéndose siempre fuera de la sociedad por su visión oscurecida, siempre buscando su camino.
9. Isabel Quintero (California, 1980) “Gabi, a Girl in Pieces
Es la primera novela de Quintero, autora mexicano-estadounidense de la primera generación, ganadora del Premio Morris 2015, que, en caso de que no lo sepas, es el galardón para las novelas debut de autores jóvenes. Se trata de ser un mexicano-estadounidense en la California contemporánea de la mano con las drogas, el sexo, el embarazo, la poesía, ser “gordo”, ser una buena hija, y todo lo demás que podría surgir en un último año de la escuela secundaria .
10. Carmen Boullosa (Ciudad de México, 1954) “Treinta años” (Leaving Tabasco, traducida por Geoff Hargreaves)
Agustini es una ciudad que tendrías que ver para creer, y una vez que se la quitara de su magia (magia como brujas y transfiguración y orígenes de anfibios), sería difícil de recordar exactamente. O tal es la experiencia de Delmira, quien cuenta la historia de su infancia en Agustini desde su vida actual en Alemania, su viaje una especie de viaje inverso a Narnia, donde el extraño mundo al que viaja resulta ser el que el resto de nosotros reconocer.
11. Sergio Pitol (Puebla, 1933) “El arte de la fuga” (The Art of Flight, traducido por George Hensen)
Pitol es otro de los mejores escritores mexicanos sin traducir destacados Granta, no obstante haber obtenido el prestigioso Premio Cervantes en México. Es un hombre al que Daniel Saldaña París describió como un “escritor total” (es decir, uno integral). Este libro no es ni una novela, ni un conglomerado de memorias, o un ensayo, sino una mezcla compleja de estos, y el primero de su “Trilogía de la memoria”, una obra maestra Borguesiana que espero llegue a Estados Unidos en su totalidad muy pronto.
12. Luís Alberto Urrea (Tijuana, 1955) The Water Museum
Una colección influida por la música del escritor mexicano-estadounidense de gran éxito nacido en Tijuana que, en trece historias, investiga identidades de ambos lados de la frontera.
13. Sandra Cisneros (Chicago, 1954) “Caramelo”, traducido por Liliana Valenzuela.
Asumiré que ya has leído “The House on Mango Street” y en su lugar recomendaré la novela de Cisneros, “Caramelo”, historia de una familia que se extiende a ambos lados de la frontera entre Chicago y México, como la de la propia Cisneros, ciudadana dual de Estados Unidos y México.
14. Manuel Muñoz (California, 1972) “What You See in the Dark”
La primera novela de Muñoz (después de dos colecciones de cuentos) establece una historia de amor (predestinada a fracasar, por cierto) en una pequeña ciudad en 1950, contraria a la realización de “Psycho”, de Alfred Hitchcock. No obstante, la famosa escena de la ducha resulta una violencia menor de la que se infiltrará en essas vidas.
15. Chloe Aridjis (Nueva York, 1972), “ Asunder “ (Desgarrada, traducida por Julio Paredes)
La segunda novela de la escritora méxicano-americana radicada en Londres es una meditación cerebral sobre la vida de un guardia en la National Gallery, sus días impregnadas de silencio, aburrimiento, tiempo. Ella está obsesionada principalmente con las grietas en las pinturas: “el atractivo de la grieta, el atractivo del crujido, la guarida de los mitos. El rompimiento del alba, el estallido de la fatalidad … ” θ