El Principe-Princesa y otros cuentos (6/8)

L u i s  A y h l l ó n

Se presenta el sexto de los ocho relatos escénicos que el autor comparte con los lectores de cambiavías. Esta entrega se compone de tres partes, siendo esta la primera.

6. Los Bosques Sagrados I

Primera parte

1

Mira, niña. Un día vas a sangrar y te vaciarás en la tierra como una fuente.
¿Y después?
Sentirás miedo.
Ajá.
Mucho miedo.
¿Tú sangraste?
Sí. No tiene mucho.
¿Y qué pasó?
Se enteró mamá.
¿Y qué hizo mamá?
Me abrazó.
¿Y qué más?
Me dio un pedazo de tela y un pedazo de cedro.
¿Para qué lo hizo?
Para que no saliera más sangre.
¿Y qué más?
Me dijo que ya merecía.
Que ya merecías qué.
Sólo eso me dijo.
¿Y qué pasó?
Me llevó con el rey.

Y después con el hermano del rey.

Y después con el amigo del hermano del rey.

Y después con el hijo del amigo del hermano del rey.

Y así hasta llegar con el triste bufón.
¿Y por qué estaba triste?
Yo qué voy a saber.
¿Pero, por qué estaba triste?
Pues, no sé.
No quiero ir con el rey.
Lo sé.
Ni con el bufón.
Lo sé.
No quiero sangrar.
Vas a sangrar.
No quiero ir con nadie.
Lo sé.
¿Y qué vamos a hacer?
Nos vamos a largar.
¿Adónde?
Al profundo bosque.
¿Y qué vamos a hacer en el profundo bosque?
Vamos a construir una casa en los árboles.
¿Y puedo llevar a Daisy?
Sí.
¿Y a Leonor?
Sí.
¿Y a Desislava?
Sí.
¿Cuándo nos iremos?
Cuando terminen la lluvias.

2

El bosque es inmenso.
Sí.
Casi no hay luz.
Sí.
¿Cómo sabes por dónde ir?
Traigo un mapa.
¿Y quién te lo dio?
La esposa del panadero.
¿Por qué te lo dio?
Porque es mi amiga.
¿Desde cuándo eres amiga de esa señora?
Desde hace mucho tiempo.
Está fea y gorda.
Sí, pero es re buena gente.
¿Y adónde vamos a llegar?
Aquí.
No veo.
Acércate a la cerilla. Aquí.
¿Y ahí, qué hay?
Un lago inmenso.
¿Qué más?
Muchos árboles.
¿Qué más?
Más niñas.
¿Y ellas qué hacen?
Pescan. Cazan. Se organizan.
¿Y ahí vamos a construir nuestra casa en el árbol?
Sí.
¿Y va a vivir con nosotros Daisy?
Sí.
¿Y Leonor?
Sí.
¿Y Desislava?
Sí.
¿Y ese lugar cómo se llama?
No tiene nombre.
¿Por qué no tiene nombre?
Para que nadie lo encuentre.
¿Y es seguro?
Nadie entra, sólo niñas como nosotras.
¿Ya vamos a llegar?
Guarda las palabras. El camino es largo.

3

¿Quién te enseñó a hacer fogatas?
La esposa del panadero.
¿Y qué tanto te traes con esa gorda?
Ya te dije, es mi amiga.
A mí una vez me regañó.
¿Por qué?
Pues, nada más.
No puede ser.
Le gusta regañar a los niños.
¿Qué le hiciste?
Nada.
No me mientas.
Pues… sólo robé un pan. Así, chiquito.
Ah, ¿ya ves? Tenía una buena razón para regañarte. Eso no se hace. No puedes andar robando los panes ajenos. Además, ella nos dio todo el pan que traemos aquí.
Entonces, la gorda es buena.
Pues, sí.
Me arrepiento de haberle robado.
Menos mal.
Por eso es tu amiga.



¿Y por qué dispersas las brasas?
Por los lobos, así no nos comen.
¿Por qué?
Porque el fuego no les gusta.
¿Y qué pasa si se apaga?
Pues nos comen. Pero no se va a apagar.
No quiero que me coman.
Nadie te va a comer.
Pero si nos quedamos dormidas y esto se apaga, nos comen.
Ya, ponte esto y trata de dormir.
¿Y eso, qué es?
Cuélgalo en tu cuello.
¿Y eso para qué? ¿Por qué en el cuello?
Para que lo tengas a la mano.
¿Qué trae adentro?
Veneno. Por si nos encontramos con viajeros que nos quieran llevar. O ladrones. O mugrientos o soldados o traficantes. Si pasa algo malo, sólo lo bebes y ya.
¿Y este puto veneno también te lo dio la esposa del panadero?
No digas malas palabras, niña.
Contesta.
No.
¿Quién te lo dio?
No importa quién me lo dio.
¿Y si mejor nos regresamos?
No podemos regresar.
No me gusta el bosque. Es frío y peligroso. Hay lobos que se comen a las niñas. Y ladrones que les hacen cosas malas. Yo mejor me regreso y sangro y pongo contento al bufón.
Ya, cállate.


No lo dije en serio.
Ya lo sé. No podemos regresar. ¿Qué dicen Daisy, Leonor y Desislava?
Esas no hablan, no te hagas la mensa.

Cántame algo.
¿Qué canción quieres que te cante?
Cualquier cosa para poder dormir.
4

¿Qué le pasó a Daisy?
Se deshizo con la lluvia. Estaba hecha con ramitas de árbol, hojarasca y un trapo de cocina.
Pobre Daisy, quedó horrible. Mejor tira todo eso.
No, ¿qué te pasa? Voy a volver a fabricarla y quedará más bonita.
Como quieras.
Y se llamará otra vez Daisy.
Como quieras.
¿Qué vamos a hacer si se acaba la comida?
Cazaremos aves o roedores.
¿Falta mucho?
Sí.
Podemos descansar.
No, la noche se aproxima.
Sólo un momento.
No. Es peligroso.
¿Y tú cómo sabes?
Los puntos rojos en este mapa son lugares peligrosos. Los puntos verdes son lugares para pasar la noche.
¿Y por qué son peligrosos?
Por diversas razones.
Sí, pero… ¿cuáles?
Mira, no sé si te has dado cuenta, pero hablas y hablas y a veces tienes que guardar silencio.
¿Quieres que me calle?
Sí.


¿Por qué?
Porque me llenas de preguntas y preguntas. Porque a veces pienso cosas y me distraes… porque, porque, hablas y hablas.
Yo pensé que te gustaba conversar conmigo.
Conversar, sí, no responder tus cuestionarios.
¿Quieres guardar silencio?
Sí.
Pues, haberlo dicho.
Pues lo dije y sigues hablando.


Conste.

Oye…

Oye…

Alguien se acerca…
¿Qué?
Alguien se acerca…

Fin de la primera parte

Ciudad de México, septiembre de 2018.