Carlos Milá
Dentro del complejo espectro de la escultura moderna y contemporánea en México destaca una fuerte personalidad que se caracteriza por su solidez técnica y disciplina geométrica: Jesús Mayagoitia, heredero de la escuela geométrica que tuvo su gran auge en la década de los setenta y quien ha respondido a la diversidad de caminos, abiertos desde la posguerra en el panorama escultórico.
Los días del formalismo se alejan cada vez más de nosotros, grande es la fisura que se abre desde el período de vanguardias dejando una gran estela vertiginosa de grandes resultados devenidos del modo experimental de mucho de la producción artística del siglo veinte. Acaba de suceder dos años atrás la conmemoración de la Revolución de Octubre y la de sus resultados paralelos en el arte soviético. Mucho de lo que en aquellos días de promesas heroicas fraguaron un nuevo mundo porvenir y dejaron sentir su influencia en el mundo. La apertura del espacio escultórico anteriormente concebido en bloque y de talla hacia su interior, sufrió un cambio de concepción en el ánimo tanto técnico como en el de la apariencia. [1] El cubo antes sólido se abría hacia sus espacios internos y se jugó por primera vez con la interioridad de la forma en un ejercicio de ligereza por medio del dibujo de las líneas de fuerza o límites construidos hacia las partes huecas reduciendo la masa o volumen descriptivo. Para ello se empleó en buena medida el recurso del uso del metal soldado para optimizar los juegos geométricos que nos dejaban ver un mundo totalmente nuevo y entender la escultura desde otros ángulos.
Pero mucho ha sucedido desde aquella hazaña artística por parte de los geniales artistas rusos. El tiempo paso a paso fue y ha sido inexorable y nos ha llevado a nuevas maneras de entender el arte tridimensional. Poco a poco y de modo continuo se ha ido flexibilizando en el modo de entender los nuevos materiales y en el uso de las nuevas tecnologías que adquieren renombre hoy en día en el mundo del arte.
Sin embargo ahora nos preguntamos, ¿Cuáles han sido los beneficios de la ciencia un tanto difusa de la herencia de la cultura moderna, y de su posible aplicación todavía en los linderos de un margen amplificado de los géneros artísticos, hoy en día?
Si bien las vanguardias de un modo u otro fueron las que propiciaron muchos de los cambios que hoy vemos dentro del panorama de las artes, es cierto que también existen nuevas ideas y nuevos paradigmas. [2] Dentro del devenir complejo de la escultura moderna y contemporánea, y de modo muy específico destaca una fuerte personalidad que responde a la anterior pregunta con una solidez técnica y una disciplina geométrica, se trata del escultor en metal Jesús Mayagoitia quien es uno de los máximos representantes en México. Heredero de la escuela geométrica que tuvo su gran auge en la década de los setenta, Mayagoitia ha respondido a la diversidad de caminos, abiertos desde la posguerra en el panorama escultórico. Dueño de una maestría en la aplicación del uso del metal, la obra del brillante maestro ha descubierto posibilidades nuevas en la aplicación del rigor del cálculo y la proporción llevando más allá de la pureza formal su práctica en la solidez prismática de sus materiales. Elaborando un lenguaje complejo de alta precisión, el escultor mexicano renueva su propia raíz y nos plantea una forma de contenidos totalmente órgánicos´en su poética personal de ver y de significar el mundo que le rodea, dejando atrás los títulos denotativos cifrados en ecuaciones de la etapa más racional de la formación derivada de las famosas ´De Stijil´ y ´Bauhaus´[3]
Si el mundo del arte moderno se basó en el maquinismo de antaño y operó dentro de la lógica racionalista al hacer transparente [4] las estructuras de las obras, guardando culto a los efectos cristalinos como uno de los temas centrales de su cultura, Mayagoitia vuelve su mirada hacia la opacidad y solidez rotunda pero preocupado por la incidencia de la luz en los volúmenes por él diseñados. Generando una solución que multiplica las posibilidades del claroscuro, dotando de manera natural a la lectura visual y de volumen de cada uno de sus trabajos aquí presentados, incluyendo la capacidad de la interacción con elementos como el agua, enriqueciendo el valor significante y sensorial de sus piezas. Mientras que sus títulos son de lo más justos y elocuentes y nos sirven para potenciar el sentido mismo de los contenidos. El artista dota de una geometría que se vuelve signo lumínico atravesando el espacio gracias a la utilización del blanco para sus piezas (en las obras que aquí nos presenta) para elaborar un nuevo estado inicial de la forma recordando inmediatamente el efecto del mármol lejano de la escultura griega, como lo fue el período ´cicládico´[5] especialmente.
Pero es así como Jesús Mayagoitia responde a nuestra pregunta intermedia, y nos propone un viaje de continuidad en su toma de conciencia de lo que es para él el devenir de lo artístico. Yendo más allá de las utopías modernas y señalando hacia una larga tradición que subyace en el infinito de los más remotos tiempos de la humanidad incluyendo claro está todo el acervo de la escultura prehispánica de México.
Tlalpan, CdMx.
Referencias-.
1. ROJO de Castro, Luis. Formas de indeterminación. Revista Croquis. Zaha Hadid 1992-1995. 73 (I) Distribución internacional. Madrid, España, 1995. ISSB: 0212-5683 Págs. 22-29.
2. MOSZYNSKA, Anna. Abstract Art. Chapter Six: Óbjective Approaches: Abstract art since 1956´. World of Art. Thames and Hudson. New York, New York. Library of Congress Catalog Card Number 88-51347 Págs. 173-217.
3. MENNA, Filiberto. La opción analítica en el arte moderno. Figuras e Iconos. Colección Punto y Línea. Editorial Gustavo Gili, S.A. Barcelona. ISBN: 84-252-0686-3 Pág. 149.
4. SUBIRATS, Eduardo. La flor y el cristal. Ensayos sobre arte y arquitectura modernos. Editorial Anthropos. Pensamiento Crítico/Pensamiento Utópico. Barcelona. ISBN: 84-85887-89-1
5. CABANNE, Pierre. Diccionario Universal del Arte. Tomo I (A – CH) Argos Vergara. Bordas, París 1975. Barcelona. ISBN: 84-7017-621-8 (Col. completa) ISBN: 84-7017-622-6 (I) Pág. 284.