Dos momentos de un dilema sin fin

Guillermo Gutiérrez Nieto

Igual que en una caja de sorpresas, cuando uno se recupera de los que acaba de descubrir y aparece otra novedad mayor, acontece con la obra de Ximena Escalante, quien a partir de una obra de Henrik J. Ibsen, recrea un diálogo de personajes en una realidad temporal consecutiva y nos recuerda que los dilemas humanos son infinitos.

– Torvaldo: ¿Decías …?
– Nora: ¿Si la ardillita te suplicara encarecidamente una cosa?
– Torvaldo: ¿Qué?
– Nora: ¿La harías, di?
– Torvaldo: Ante todo, necesito saber de qué se trata.
– Nora: Si tú quisieras ser complaciente y amable, la ardillita brincaría y haría toda clase de monadas.
– Torvaldo: Habla de una vez.
– Nora: La alondra gorjearía en todos los tonos.
– Torvaldo: La alondra no hace más que eso. (…)

Casa de Muñecas
Henrik J. Ibsen

– Nora: Siempre he pensado eso de ti: que terminarás sacando un truco como ese. Los marginados son así: descarnados, sin alma, amargos, vengativos.
– Krogstad: Tengo evidencias para respaldar cualquier mentira. Y si carezco de ellas, puedo jalar otros hilos para seguir mintiendo.
– Nora: Eres repugnante.
– Krogstad: Como tú. La única diferencia es que yo no debo aparentar ser ninguna muñeca bien portada.

Sans Autorisation
Ximena Escalante

En 1879, Henrik J. Ibsen, el, más importante dramaturgo noruego y uno de los autores que más han influido en la dramaturgia moderna, escribió la obra con la cual se convirtió en un autor internacional. La pieza lo exhibía como un autor que denunciaba la sociedad burguesa-conservadora y cuestionaba los modelos sociales y familiares de su época. Ya alejado de su temática creativa primigenia, la tradición y el folklore noruego, con “Casa de Muñecas”, inicia lo que los críticos consideran su etapa realista de crítica social, lapso durante el cual generó un amplio debate en la sociedad nórdica de la última parte del siglo XIX.

La protagonista, Nora, se convierte en un símbolo del feminismo y la pieza en un abierto cuestionamiento al matrimonio, fundamentalmente a la relación sexual entre cónyuges, para lo cual Ibsen recurre tanto a su esposo, Torvaldo, como a uno de sus empleados, Krogstad. Es precisamente esa tríada de personajes la que, después de analizar meticulosamente, Ximena Escalante utiliza como germen creativo para su obra teatral Sans Autorisation. Une parenthèse d´une Maison de Poupée, d´Henrik Ibsen (Editions Le Miroir que Fume, 2019), presentada recientemente en su versión en francés y de próxima aparición en español con el título “Sin permiso fuera de casa”.

La pieza de un acto se desenvuelve de manera frenética con los diálogos de Nora y Krogstad (el esposo, aunque es mentado, nunca aparece) y confirma un fenómeno actual de la sociedad contemporánea: la violencia psicológica (física en algún momento) y la supresión del deseo en aras de una armonía no existente en la vida marital entre hombres y mujeres. Con la recreación de los personajes de Ibsen, Ximena Escalante plasma su visión respecto al perenne antagonismo entre los géneros humanos y exhibe, a través de la disputa de estos personajes, su sentir respecto a las dispares consecuencias que afrontan las mujeres al vincularse emocional y conyugalmente con los hombres.

Se trata de un ejercicio que disecciona y analiza a los personajes de Ibsen y posteriormente Escalante los reposiciona en un contexto y en un tiempo diferentes, aunque siempre con el mismo dilema existencial: dominar para sobrevivir. La trama es similar a la planteada por el autor noruego, pero lo fundamental es el restregamiento de un conflicto perenne en la relación humana, el sometimiento emotivo, aspecto que cuando se cuestiona y se le pone fin culmina con separación, un precio alto para cualquiera de las partes que se decida hacerlo.

Nora, esposa abnegada, y Krogstad, prestamista tramposo, aparecen en Sans Autorisation confrontados no por el móvil que los aproxima (un préstamo hecho por él a ella) sino por una razón íntima y personal, la búsqueda de la liberación, por un lado, y la conquista física y emotiva, por otro. Durante su encuentro se baten en diálogos donde la palabra es su única arma y así delimitan sus fuerzas:

– Tú eres todo lo que se dice de ti.
– Tú también.
– Usurero. Mezquino, Sucio. Celoso. Oportunista. Revanchista. Acomplejado. Perverso. Abyecto.
– Inmadura. Oportunista. Explosiva. Indefinida. Mentirosa. Frívola. Bella.
– Pero de qué sirve todo esto, si tú careces de sustancia.
– …de sustancia
– La materia prima de tu ser
– Ah
– Si
– Me has traicionado
– Tú también (…)

Esta confrontación es un rasgo inmanente en la obra de Escalante. A veces evidente, otras soterrada, la lid está presente en diversos frentes. Krogstad se esmera en demostrar que Nora siente algo por él y no se atreve a expresarlo, además quiere asegurar su estabilidad laboral y para ello, además de alardear la deuda que tiene con él, le refuta que puede perjudicarla con aparentes secretos que él conoce de ella.

A pesar del desequilibrio de fuerzas, quien triunfa al final de la historia es Nora, quien asume una actitud contestaria, al igual que lo hizo en la obra de Ibsen, y pone fin a una relación tortuosa para iniciar camino hacia su propia realización personal, dejando fuera cualquier concesión.

Al limar asperezas y marcar distancia, los personajes dan sentido al desarrollo de la historia sin embargo al final los dos dejan sin resolver el halo fundamental de su vida y la de todos los seres humanos: la conjugación entre deseo-amor-sexo-erotismo, aspecto fundamental que tanto Freud como otros estudiosos han analizado, llegando entre otras conclusiones a que los característico en lo masculino es lo primal, mientras que en lo femenino una amalgama todos esos elementos derivando hasta ahora en un gran misterio, que Escalante, en voz de Krogstad, describe como “la grotte que tu caches en toi. Et dans cettte grotte…il y a beaucop d´animaux prets a devorer quelque chose”.

Sans Autorisation forma parte del Programa de Apoyo a la Traducción -Fondo Nacional para la Cultura y las Artes-Secretaría de Cultura- y se presentó recientemente en el Instituto Cultural de México en Francia y en el Festival Lille 3000/El Dorado, que este año se dedicó a nuestro país y comprendió actividades en diversas disciplinas. Su traducción estuvo a cargo de Phillipe Eustachon e incluye un prefacio de Gabriela Vidal. Con esta publicación, Editions Le Miroir que Fume suma ya más de una veintena de títulos sobre el teatro mexicano, con lo cual confirma sus objetivos de difundir y suscitar el montaje de obras mexicanas en Francia.

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