Luisa Reyes Retana: en su propia lengua

Guillermo Gutiérrez Nieto

La reciente publicación de “Tu lengua en mi boca” de Luisa Reyes Retana motiva un efecto dual que va de la descripción de un obra al cuestionario Proust, que la autora contestó recientemente.

  1. SOBRE EL ARTE DE ESCUCHAR

Marzo transcurrió con una amplia atención en la nueva obra de Luisa Reyes Retana. Si lo asumimos como coincidencia, la obra emergió en el cúmulo de actividades para conmemorar el día internacional de la mujer; empero, ya se ha dicho muchas veces que no hay coincidencias, sino destino y este libro no podría encasillarse de esa manera ya que se trata de una novela meritoria y singular.

“Tu lengua en mi boca” es un título es provocador con su inevitable connotación sensual o erótica, pero este elemento no es su hilo conductor. Conforme se lee el libro, su nombre más bien nos remonta a ese ideograma que aparece en los códices refiriendo mensajes entre un receptor y un emisor. Y es que la esencia de esta obra es la palabra oral y escrita. Parafraseando a uno de sus personajes, Reyes Retana atiende el murmullo del mundo y nos lo comparte a través de voces femeninas.

En lugar de catalogarla como una obra feminista, es preferible decir que estamos ante una obra que reivindica la poesía contándonos una historia transgeneracional que involucra la evocación de su bisabuela, una estrecha relación con su tía, el contacto con un grupo de adolescentes, y experiencias con sus pares generacionales.  

La singularidad de la historia conlleva la presencia de un fenómeno natural con impronta en todos los mexicanos, el terremoto de 1985; el misterio de un sitio que no termina de develarse, la zona del silencio; la fisonomía de una ciudad mejor conocida por su criminalidad que por su asequibilidad literaria, Torreón; y la realización de un road trip en el cual descubrimos sitios inhóspitos e incluso los “Oxxo” resultan oasis.

Es cierto que el desierto que Luisa Reyes nos describe es un símil de la inexistencia de personajes masculinos su obra, sin embargo, estos emergen a través de los poetas que leen y, acremente, comentan las 4 jóvenes que dan vida a su novela. Este aspecto, aunque matizado por la autora, representa un cuestionamiento fundamental que podría asumirse en la actualidad. Ante a la revalorización en curso de actitudes y posturas respecto al Género, la revisión de estereotipos de feminidad en los poetas que son referentes universales definitivamente resulta provocadora.

Espiar se parecía a estarse cuidando, sólo que al revés, nos dice en otro pasaje la escritora. Tal enigma, que en sentido inverso bien podría traducirse como si te descuidas terminas espiado, es asumido en ambas connotaciones por Berta, personaje principal de la obra, quien después de presenciar oculta singulares aquelarres poéticos, destaca una verdad que discurre en la colectividad femenina de la obra: “todas, en algún momento, se nos ha revelado nuestra existencia como algo particular intransferible y preciso. Casi siempre esta revelación se sitúa en la adolescencia”.

Desde una aproximación intimista, “Tu lengua en mi boca” rinde homenaje a la fraternidad presente entre mujeres, independientemente de edades y condiciones.  Es un cuadro nítido de cómo el amor en sus variantes de familia y amistades, además de la fidelidad a principios y valores, sustentan la relación entre féminas en cualquier circunstancia.  

Remarcar la continuidad en el flujo narrativo de Reyes Retana es fundamental. Ella prepondera la poesía, no como apalancamiento de su creatividad ya que ésta es consistente, sino para constatar su valía como expresión vital y necesaria. Así nos lo recuerda al citar a Vicente Huidobro en alguna parte de su novela: “que el viento sea como una llave / que abra mil puertas (…)”


2. LA AUTORA EN BREVE

¿Principal rasgo de tu carácter? Persistente

¿Tu mayor miedo? Que sufra mi hijo

¿Qué es lo que más detestas? La arrogancia

¿Tu ideal de la felicidad?  Al lado de mi familia una vida dedicada a la escritura.

¿A qué persona viva admiras más?  Margaret Atwood

¿Tu rasgo más evidente?  Flaca

¿Estado más común de tu ánimo?  Contemplativo

¿Cuál consideras la virtud más sobrevalorada?  La ambición (podría no ser una virtud, pero en los tiempos que corren, se encumbra todo el tiempo)

¿Lo que menos te agrada de tu apariencia?  Mis huesos aparentes

¿Cuál sería tu mayor desgracia?  No poder escribir

¿Mayor cualidad de un hombre?  La alegría

¿Mayor cualidad de una mujer?  La alegría

¿Palabra o frase que uses en exceso?  Súper

¿Tu principal defecto?  Desordenada y distraída

¿Qué hábito ajeno no soportas?  Los consejos no pedidos

Si pudieras cambiar algo de ti misma, ¿qué sería?  Mi negación para las matemáticas y las finanzas

¿Cuál consideras tu mayor logro?  La estabilidad

Si fueras a morir y regresar como una persona o una cosa, ¿cuál sería? Una montaña

¿Dónde más te gustaría vivir?  En San Cristóbal de las Casas

¿Cuál es tu posesión más preciada?  Los objetos de mi padre. Su navaja y su reloj.

¿Si no fueras escritora, qué ocupación elegirías?  Cantante de rock o de country.

¿Qué es lo que más valoras de tus amigos?  Su fascinación por la vida y su compañía.

¿Novelistas favoritos?  Cambia con el tiempo, pero estos son estables: Marguerite Yourcenar; J. M. Coetzee; Phillip Roth; Margaret Atwood

¿Poetas preferidos?  Idea Vilariño; Vicente Huidobro; Nezahualcóyotl; Rosario Castellanos; Sara Uribe; Sor Juana

¿Quién es tu héroe de ficción?  No me gusta mucho el concepto de héroe

¿Con qué personaje histórico te identificas más?   Sor Juana Inés de la Cruz

¿Algún héroe-heroína en la vida real?  Lo más heróico que me ha tocado ver hasta ahora ha sido el gobierno de Angela Merkel

¿Cuál es tu mayor arrepentimiento?  Fumar

¿Cómo te gustaría morir?  Como mi padre. De un infarto masivo.

¿Tienes una máxima, un lema?  No. No entiendo bien los absolutismos