Fuego Graneado (VII)

Luis Ayhllón

IV

Gema

  • Sé que debes estar enojado conmigo.
  • No. No pasa nada.
  • ¿En serio?
  • Sí.
  • Bueno, sólo quería que charláramos.
  • Sí, pero no te voy a pagar.
  • Está bien.
  • ¿Y de qué?
  • Mira…
  • Sí.
  • Yo…
  • Sí.
  • Quiero contarte algo.
  • ¿Qué?
  • Después de nuestra primera reunión.
  • Sí.
  • Me puse a revisar un viejo armario que tengo.
  • Ajá.
  • Ahí hay una caja con recuerdos.
  • Sí.
  • En esa caja hay una serie de cartas.
  • ¿Cartas de quién?
  • A eso voy. A ver. ¿Me dejas hablar?
  • Sí.
  • ¿Por qué estás nervioso?
  • No sé.
  • ¿Por qué estás nervioso? Bueno, en esa cajita, aparte de cartas hay, bueno. Mira, Moi, esto es muy personal. Pues, mira. En esa caja había fotos cachondas.
  • ¿De quién?
  •  Pues ¿de quién va a ser, Moi? Mías y de algunos amantes. Pues, tú sabes, Moi. La pasión. Antes no había celulares, ni packs, ni tinder, ni nada. Antes nos tomábamos fotos cachondas.
  • ¿Por qué me cuentas eso?
  • Porque tengo unas de tu hermano.
  • ¿Por qué me cuentas eso?
  • Porque estuve viendo las fotos.
  • ¿Y a mí qué?
  • A ver, Moi. Si te cuento parte de mi intimidad no es de forma gratuita. ¿Tú crees que le ando contando a cualquiera mi intimidad?
  • Sí.
  • Bueno, pues sí, pero es mi decisión.
  • Okey.
  • Además, a ti no te veo en ese plan, lo hago porque quiero ayudarte.
  • Sí, sí. Perdona.
  • Pero si quieres la dejamos aquí.
  • No, no.
  • De verdad.
  • No, está bien.
  • Bueno. Tu hermano tiene unos tatuajes.
  • Sí, lo sé.
  • ¿Qué es lo que sabes?
  • Lo de los tatuajes. Tiene un pelícano, un tigre…
  • Una sirena.
  • Sí, la sirena. Una cruz y la cara de Lucía Méndez.
  • Sí, y un código de barras.
  • ¿Qué?
  • Un código de barras tatuado.
  • ¿Dónde?
  • Pues… no te puedo decir, Moi.
  • ¿Y para qué madres me dices?
  • Mira, Querido me dijo que…
  • ¿Querido?
  • Así se llama, Querido, es mi amigo.
  • ¿Tienes un amigo que se llama Querido?
  • Sí.
  • Así le dices de cariño, o así se llama.
  • Así se llama.
  • ¿De verdad?
  • Sí. Bueno, Querido es muy buena persona, confiable y vacilador. Me encanta como baila salsa. Seee. Bueno. Querido en sus ratos libres juega videojuegos, hackea cuentas y expone a empresas que hacen transas. O a señores que quieren comprar niños en Acapulco, ¿entiendes?
  • Sí. ¿Y qué gana él?
  • No gana nada. Lo hace porque le gusta. Lo hace porque es bueno.
  • Ya.
  • Querido escaneó el tatuaje del código de barras.
  • Sí.
  • Y estuvo investigando.
  • Sí.
  • El código de barras era un criptograma.
  • ¿Y eso qué es?
  • Como un acertijo.
  • Ajá.
  • El caso es que todo está relacionado con una empresa japonesa de licuadoras.
  • Ah.
  • Querido se puso a indagar más. Y resulta que la empresa de las licuadoras es filial de una empresa de androides.
  • Ya, es todo.
  • ¿Qué me quieres decir?
  • Querido dice que Lucas es un androide fabricado por una empresa japonesa.
  • Mira, Gema. Yo agradezco de verdad que estés aquí. Que no quieras cobrarme, pero creo que ustedes han ido demasiado lejos.
  • ¿Ustedes, quiénes?
  • La señora Roldán, Lucas y tú.
  • ¿Por qué lo dices?
  • Porque saben que, porque se agarran de mi aparente desvarío, mi condición de vampiro inmortal. Mi fragilidad en esta puta pandemia. Y me quieren entretener con sus historias, sus mentiras y sus extravagancias. Estoy harto de sus mentiras. De que todos quieran aprovecharse de mí. A lo mejor esto es una pesadilla y ustedes…
  • Yo solo quiero ayudarte.
  • Ustedes son voces en mi cabeza.
  • Eso explica todo.
  • ¿La pesadilla?
  • No, que Lucas sea un androide. Por eso dormía siempre con los ojos abiertos. Por eso podía durar horas con el fierro inflamado…
  • Ya/
  • Querido piensa llegar al fondo de esto…
  • Querido, nadie se llama querido, nadie se llama así.
  • Porque, según Querido, puede ser que hayan inoculado a tu hermano como parte de un experimento mundial.
  • ¿Cómo?
  • Meter a un androide en una familia disfuncional.
  • A lo mejor ahora Lucas está en Japón y una serie da científicos japoneses le están sacando la sopa. A lo mejor, tiene un chip con un chingo de recuerdos, fotografías y madre y media que les sirva a la ciencia. A lo mejor, todos nosotros con nuestras vidas de mierda vamos a aparecer en un documental de Netflix y nos haremos muy famosos. Y nos van a entrevistar. Y nos van a llevar de viaje a Europa y a Japón.
  • ¿Tú crees?
  • Sí, Moi. Querido no miente. Está muy cabrón.
  • Pues sí, a mí me gustaría ir a Japón.
  • A mí también.
  • Pero… Ningún androide se pone las guarapetas que Lucas se ponía. A mí se me hace que ese código de barras fue una ocurrencia sin sentido y Querido tiene muchos problemas.
  • Qué poca fe tienes en la humanidad.
  • Sí.
  • Sale, pues te dejo.
  • Sí.
  • Bye.

Ambos salen de reunión.                                                                                                                                                                                                                                    

V

Sr. Nishiyama

  • Esto es el colmo.

Para qué me quería.

Hable, señor Nishiyama.

¿Para quién trabaja?

Señor Nishiyama.

¿Para quién trabaja?

Yo no sé qué le habrá dicho Gema y su amigo Querido.

¿Qué soy yo para usted?

¿Su conejillo de indias?

¿Sabe qué?

Oiga, ¿habla español?

Ande, muévase. Diga algo.

Señor Nishiyama.

¿Para qué me mandó invitación?

¿Qué quiere de mí?

¿Qué busca?

Ellos tienen problemas, señor Nishiyama.

Ella es una pornógrafa y él, y él, pues él juega videojuegos.

Ellos se aprovechan de que se fue mi hermano.

Videojuegos.

Mi hermano desapareció.

¿Con qué intenciones está aquí?

¿Qué quiere de mí, señor Nishiyama?

Desapareció.

Hábleme, por favor.

¿Qué soy yo para usted?

¿Su conejillo de indias?

El señor Nishiyama pone en google-traductor la expresión conejillo de indias y se escucha: Morumotto.

  • Morumotto.
  • ¿Qué?
  • Morumotto, no. Morumotto, no.
  • No soy Morumotto, soy Moisés.
  • Morumotto, no. Co-ne-ji-llo, no.
  • ¿Qué soy?

¿Qué soy?

El señor Nishiyama se encoge de hombros. Hace algunas anotaciones.

  • Si no soy morumotto, ¿qué soy?

El señor Nishiyama pone en google-traductor la expresión: ¿Qué soy? Y se escucha en japonés: Sore wa watashidesu.

El señor Nishiyama se ataca de la risa.

  • ¿De qué se ríe?

Ya, señor Nishiyama.

No me da gracia.

No es gracioso.

¿De qué se ríe?

Tengo cosas qué hacer.

¿Qué es lo que quiere de mí?

Mire, yo no sé quién sea usted, ni a qué se dedique.

Pero debe saber que lo han engañado.

Lo engañaron.

Yo soy una persona normal.

Si usted me conociera, se daría cuenta, señor Nishiyama.

¿Por qué anota?

¿Qué es lo que anota?

¿Por qué me observa así?

  • Vampiro.
  • ¿Qué?

¿Qué fue lo que dijo?

¿Quién le dijo?

Mire, usted no sabe nada. Aquí las cosas no son como allá. Aquí no hay un sol tan grande, ni esos paisajes con árboles imposibles.

Yo solo quiero.

Yo solo quiero, señor Nishiyama.

Mi hermano no era un androide.

Mi hermano era un cabrón.

Pero no era un androide.

Y yo, y yo…

¿Usted tiene hermanos, señor Nishiyama?

¿Usted sabe lo que es compartir el dolor de la infancia?

¿Sabe qué?

Váyase al diablo, puto japonés de mierda.

El señor Nishiyama pone en google-traductor: puto japonés de mierda. Se escucha: Kuso Nihon no kuso.

  • ¿De qué se ríe?

Usted es igual a todos ellos.

¿Sabe qué?

Yo no comencé el confinamiento con esta pandemia.

Yo lo comencé desde hace años por personas como usted.

Ustedes, ustedes…

Ya lo había olvidado.

Ya se me había olvidado por qué no me gusta salir a la calle.

Llevo años encerrado.

Sólo salgo para lo indispensable.

Con razón.

Y, ¿sabe qué?

Mejor así, señor Nishiyama.

Mejor así.

¿Qué hora es allá?

Usted, ¿dónde está?

¿Por qué me contactó?

¿Qué hora es allá?

¿Dónde está?

¿Dónde está?

¿Quién le dijo de mí?

¿Quién le dijo que yo soy vampiro?

  • Vampiro.
  • Sí, ¿quién le dijo?
  • No, Morumotto. Morumotto, no.
  • Ajá.
  • No, Morumotto.
  • Ajá.
  • ¡No, no, no, Morumotto! ¿Qué soy? ¿Qué soy?

El sr. Nishiyama se ataca de la risa y sale de reunión.

Moisés se queda solo.