Miguel Angel Echegaray

Nací en la Ciudad de Mexico en el año de 1959, asimilo la expresión pictórica al igual que la escultura hecha tanto en cerámica como en bronce: sin orientaciones precisas ni propósitos específicos.

De ahí el titulo de esta muestra -presentada del 16 de agosto al 12 de septiembre en la galería de arte de la UAM-Iztapalapa- que reúne una veintena de acrílicos, carente de fechas puntuales y escalafonarias, salvo su mera acumulación temporal de los últimos años. Trabajar sin un programa previo y sin direcciones fijas puede mover a desconfianza a un cierto espectador acostumbrado a delinear su lectura visual y derivar conclusiones mas seguras. Pero también permite que otros  modulen libremente su interpretación de progresiones o estancamientos rítmicos.

Mas allá de predestinaciones convencionales o de los jaloneos entre la vocación y el talento artístico, una terca expresión se postula a sí misma – fragmentada e impuntual- sin ofrecer demasiadas explicaciones ni variadas justificaciones.

Cabe apuntar finalmente que no me formé en talleres de artes plásticas o en grupos de creación colectiva, mi trabajo más bien su se ha nutrido de conocimientos en ciencias de la comunicación y en historia del arte, lo cual a su vez me ha permitido incursionar en la reflexión y la critica de las artes visuales.