Gaza: Otras Secuelas (II)

1) Acallamiento de las letras

“If I must die / you must live / to tell my story” dice un poema de Refaat Alareer, poeta palestino y académico de la Universidad Islámica de Gaza, abatido con dos de sus hermanos por las fuerzas de defensa israelí (IDF) el pasado 6 de diciembre.

Su muerte incrementó el cruento saldo en más de 150 días de implacables bombardeos y terror ineludible en Gaza, que asciende a más de 30 mil  personas e incluye a más de un centenar de poetas y periodistas.

Haba Abu Nada (poeta y novelista), Hamzah Al-Dahdouh (periodista), Refaat Alareer (poeta y profesor), Heba al-Abdallah (periodista), Inas al-Saqa (dramaturgo), Mohammad Al-Salhi (fotoperiodista), Saleem Al-Naffar (poeta), Muhammed Abu Hweidy (periodista), Nour al-Din Hajjaj (novelista y dramaturgo), Belal Jadallah (periodista), Omar Abu Shaweesh (poeta y novelista), Ala Atallah (periodista): son sólo algunos nombres de una lista que cada día se alarga más.

Tanto en Gaza como en otros territorios palestinos en Isarel, la poesía se ha utilizado como un poderoso instrumento de persuasión para la causa palestina desde el gran éxodo que detonó la Nakba en 1948.  Para varios académicos, ha servido tanto como una expresividad del poder físico que carecen en su territorio como un ámbito en el cual es posible construir su propia Nación con palabras.  En ambos casos, añadiría, lo que expone son las constantes prácticas de violencia y la negación de una existencia propia, situacuiones que denunciaron Mahmoud Darwish, Fadwa Tuqan y, mas recientemente, Najwan Darwish.

La situación actual en Gaza, aunque parezca desmedido, confirma que en ningún conflicto en la historia reciente se ha observado tanto daño a las comunidades literarias y periodísticas de una nación, sin que sus congéneres occidentales hayan expresado alguna proclama o declaración.

En este horizonte, Writers Against the War on Gaza (WAWOG), una coalición de escritores, editores y otros trabajadores culturales con sede en los Estados Unidos que se  ha consolidado como un movimiento de resistencia a la guerra de Israel en Gaza.

Así, pocas semanas después de iniciado el conflicto, publicó una declaración de solidaridad que hasta ahora ha sido firmada por más de 10 mil personas. También ha organizado numerosas protestas y manifestaciones en bibliotecas y espacios públicos de Nueva York, Los Angeles y otras ciudades estadounidenses. Un acto singular son las vigilias con velas “en memoria de todos los escritores asesinados”, que incluyen  lecturas de sus obras, invitando a los asistentes a llevar flores, leer proclamas y utulizar indumentaria árabe tradicional.

Estas muestras contarrestan posturas oficiales de aparente presión para concluir el conflicto que hasta ahora han recultado infructuosas. Afortunadamente, a pesar del desalentador panorama que prima, hay organizaciones e individuos comprometidos con ideas que exigen el logro de la paz inmediata.

Por otra parte, escritores como Naomi Klein, Michelle Alexander y Hisham Matar se encuentran entre las docenas de escritores que han firmado una carta abierta a PEN America informando que boicotearían el Festival PEN World Voices 2024 debido a una “respuesta inadecuada” de esa organización a la situación en Gaza.

El Festival de Literatura Internacional PEN World Voices es un festival literario anual de una semana de duración en Nueva York y Los Ángeles que exhibe literatura internacional y nuevos escritores. Es producido por PEN America, una organización no lucrativa que trabaja para promover la literatura, promover la libre expresión y fomentar la colaboración literaria internacional.

2) Destrucción irreparable

En las justificaciones que Sudáfrica fundamentó su planteamiento contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia se encuentra el daño y la destrucción de numerosos centros de aprendizaje y cultura, incluyendo 318 sitios religiosos musulmanes y cristianos donde los palestinos han rezado durante generaciones. La solicitud de inicio de procedimiento y de medidas provisionales presentada por Sudáfrica es documento cuyo contenido merece una lectura detallada para comprender la magnitud de los daños que han causado las IDF en Gaza.

Entre estos sitios se incluye la Gran Mezquita Omari, originalmente una iglesia bizantina del siglo V, un hito icónico de la historia, la arquitectura y el patrimonio cultural de Gaza, y un lugar de culto de cristianos y musulmanes durante más de 1.000 años. Los bombardeos israelíes también han dañado la Iglesia de San Porfirio, fundada en el año 425 d. C. y que se cree que es la tercera iglesia más antigua del mundo, junto con otras dos iglesias que han sufrido fuego directo israelí. Los propios cristianos de Gaza han sido atacados y asesinados por Israel en el mismos recintos de la iglesia donde buscaron refugio. Las mezquitas Ibn Uthman, Al Zafar Dmari y el Centro de Manuscritos y Documentos Antiguos también fueron dañandos, parcial o totalmente.

El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Gaza afirmó en enero que hasta 104 mezquitas han resultado dañadas o destruidas desde el 7 de octubre. Esto incluye la mezquita Othman bin Qashqar en el barrio Zeitoun de la ciudad de Gaza, que fue construida en 1220 en el lugar donde se cree que fue enterrado el bisabuelo del profeta Mahoma. La mezquita Sayed al-Hashim, construida con resistente piedra caliza en la Ciudad Vieja de Gaza en algún momento del siglo XII y reconstruida en 1850, también exhibe daños considerables.

En este contexto, la UNESCO determinó en noviembre pasado, en el marco de su 42 reunión de la confererencia general, preparar un programa de asistencia de emergencia para Gaza, incluyendo la creación de una gente con presupuesto extraordinario para la reconstrucción de esa ciudad en los ámbitos de su competencia.

Es cierto que la destrucción de esos sitios una responsabilidad de los suscribientes de la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado (1954) y sus 2 protocolos (1954 y 1999), así como de la Resolución 2347 (2017) del Consejo de Seguridad, que deploran la destrucción del patrimonio cultural, sin embargo la condición actual en Gaza obliga a la comunidad internacional  a impulsar la salvaguarda de esos sitios, a la par de las vidas de civiles y el acceso de asistencia humanitaria fundamental. [ C ]