Felipe Sánchez Reyes
Alejandría es una ciudad cosmopolita, moderna e intelectual de la antigüedad, cuyo legado se asocia al origen de los libros, la erudición y el humanismo. En este texto, se exploran las aportaciones y el papel que desempeñaron filosofas y pensadoras en el desarrollo de la urbe, así como su influencia en los círculos del poder.
El tiempo deja la huella de la destrucción en la belleza. La borra, devasta y permanece olvidada en la arena que se lleva el viento y el tiempo de la memoria.
Ella reposa, como una diosa, sobre la litera de mármol. La cámara se acerca a su hermoso rostro y cuerpo desnudo, cubierto por un velo transparente. Cuando él entra al aposento de la reina extranjera, como cónsul romano y enérgico en su primer encuentro, ella está recostada sobre la litera. Rodeada por sus esclavas semidesnudas, como ella, y lo desarma con su lozana belleza y cuerpo seductor, con su inteligencia y lucidez política.
Pues se reconoce atractiva, inteligente y fascinante con las palabras, es astuta y está bien informada de su arribo con su tropa romana a la ciudad de Alejandría. Desafiante lo mira directo a los ojos y muestra sus atractivos sexuales, seductores. Descubre y eleva ostentosa su muslo y glúteo albos, caderas redondas y piernas encogidas que forman el tentador delta de venus, como el Nilo de aguas copiosas. Luego, ella se levanta delicadamente. Muestra sus senos opulentos que rebosan vida y encanto, que atrapan y retienen su mirada, y él quiere probar su néctar.
Pero púdica pronto los cubre con seda transparente, le sostiene la mirada, lo elige como su hombre y evita ser escogida, porque está acostumbrada a imponerse a los hombres. Pues sabe que él debe inundar con sus aguas su cuerpo virgen y fertilizarla, como el Nilo a las tierras con su rebalse, si no su belleza declina y muere su estirpe. En ese primer encuentro, Cleopatra, reina de Egipto, tiene veintiún años lozanos, virginales, y el poderoso Julio César de Roma –la ciudad ya es una potencia-, cincuenta y dos, llenos de experiencia militar y de seducciones, queda fascinado con la joven.
“¿Por qué no caen las estrellas del cielo? Las estrellas no se mueven. Simplemente giran de este a oeste, siguiendo el recorrido más perfecto jamás concebido, el círculo. Como el círculo reina en el cielo las estrellas nunca se han caído ni nunca lo harán. Si no hubiera un centro, el universo sería deforme, infinito, informe, caótico”, afirma la astrónoma y filósofa Hypatia en la película Ágora que narra su vida.
Estas dos jóvenes, Cleopatra e Hypatia, representan la belleza, cultura y sabiduría de la ciudad de Alejandría. La primera representa la lucidez política y, la segunda, el ser perfecto que busca la verdad en el cielo. Ambas nacen y mueren, en distintas circunstancias y épocas en Alejandría.
Alejandría es una ciudad cosmopolita, moderna e intelectual de la antigüedad, cuyo legado se asocia al origen de los libros, la erudición y el humanismo. Allí, como la población de la urbe crece frente a la rural que marcha a la metrópoli, domina una ciudad fundamentalmente urbana.
Alejandría posee el mayor puerto del Mediterráneo, con un activo comercio con las islas y las ciudades que la rodean. Su grandeza y su fama radican en tres factores. Uno, es un reino rico con una gran administración que obtiene muchos beneficios para los reyes, mediante la contribución industrial, comercial y la producción de cereales, por eso es llamada el granero del mundo.
Dos, al puerto interno del lago Mareotis destina los productos del país, los reserva para el consumo de la ciudad y de la exportación, y al canal marítimo de Eunostos consigna las importaciones y exportaciones. Y tres, es la capital intelectual del mundo griego, gracias a su Museo, a los sabios investigadores y a su Biblioteca. Alejandría es una sociedad culta, que, como más tarde lo harán los Medicis en Florencia, se aficiona a la música y el arte, a las actividades literarias e intelectuales.
Alejandría es recordada, porque allí se origina el Museo, la Biblioteca y el Faro, considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo. Y por dos mujeres excepcionales, cuya belleza e inteligencia han seducido a los directores que las han llevado al cine: Cleopatra VII (69-30 a. C.) –políglota, inteligente y de vasta cultura-, amante de Julio César y Marco Antonio, última gobernante de la dinastía ptolemaica del Antiguo Egipto, en la película que lleva por título su nombre, Cleopatra (1963); e Hypatia (370-415 d. C.), filósofa, matemática y astrónoma, en el filme, Ágora (2009).
Al periodo histórico de Alejandría, gobernada por Ptolomeo I y II, se le denomina época o periodo helenístico (ἑλληνίζω: hablar griego). Porque la lengua griega domina en el mundo intelectual y comercial, en el gobierno y en la población culta de todos los países. Los Ptolomeos imponen el griego en todo su imperio, como símbolo de dominio político y supremacía cultural. Por esa razón, más tarde los imperios, romanos, españoles, ingleses y franceses imponen su lengua en sus colonias. Este periodo abarca desde la muerte de Alejandro Magno (323 a. C.) hasta la muerte de Cleopatra, el 30 d. C. Durante el gobierno dePtolomeo I, Sóter (367-283 a. C.) y Ptolomeo II, Filadelfo (308-246 a. C.), el griego se convierte en la lengua oficial y del saber, por excelencia.
Esta lengua se impone a las otras y se habla en todas las colonias conquistadas por Alejandro Magno (Korte y Handel, 1973: 17). Es la lengua de los bibliotecarios y comerciantes, de las relaciones internacionales y de cualquier persona que viaje de Marsella a la India, (Tarn y Griffith, 1969:10). Los Ptolomeos la imponen, tanto por la supremacía intelectual de los griegos sobre los demás pueblos, como por el auge de la ciencia, filología y literatura griegas.
En Alejandría, a diferencia de Atenas, afirma Pedro Gálvez en su Hypatia (2004: 36), las mujeres son iguales ante la ley. Ellas alquilan o compran propiedades, emprenden negocios y comparten la herencia con el hombre en igualdad de derechos. Algunas gobiernan Egipto, como Arsínoe III –hermana y esposa del monarca Ptolomeo IV-, generala invencible, que dirige en el 217 a. C. el ataque de su falange contra Antioco, al que vence esta adolescente.
Esta reina ptolemaica es la más exitosa e iniciadora de la línea de mujeres independientes y políticamente relevantes, cuya imagen aparece retratada en monedas. Y la reina Cleopatra VII es otra princesa adolescente de veintiún años, culta y políglota, que invita y seduce a la intelectualidad griega, para que vaya a vivir y compartir sus conocimientos en su corte.
También bajo el reinado de Ptolomeo II -283 al 246 a. C.- existen otras mujeres ilustres. Myrtion, actriz aplaudida en teatros y salones de la corte, respetada y famosa por los banquetes en su mansión del barrio elegante de Alejandría, el Bruquión. Mnesis y Pothie, músicas profesionales, virtuosas de la flauta, el instrumento más apreciado por la clase culta alejandrina; Clino, la escultora; Stratonice, la poetisa; y Bilstiche, atleta que gana a los hombres competidores en la carrera de carros, en los Juegos Olímpicos del año 268 a. C.
Ptolomeo I, Soter (σωτήρ, el salvador) es educado junto a Alejandro Magno por el filósofo Aristóteles, y el II, Filadelfo (φιλάδελφος, el que ama a su hermana), por el filósofo Estratón de Lampsaco y por el poeta y filólogo Filitas de Cos. A ello se debe que ambos reyes sean cultos y aficionados a las letras, porque gozaron de una buena educación y de amigos cultos.
Demetrio de Falero es amigo y consejero de Ptolomeo I; Estratón de Lampsaco y Filitas de Cos, tanto de Ptolomeo II, como de su hermana y esposa Arsínoe. Ptolomeo II, primero, se casa con una hija de Lisímaco que repudia, para luego casarse con su hermana Arsinoe (culta, inteligente y enérgica, su reinado dura seis años y domina a su hermano), viuda de Lisímaco y de su hermano Ptolomeo Ceraunos (κεραυνός, rayo). Con Ptolomeo II, la ciudad de Alejandría se convierte en un imperio económico y cultural, donde conviven los sabios de todo el mundo, donde domina la poesía helenística, cuyos poetas se convierten en cortesanos y lisonjeros, para no perder su beca o apoyo financiero, otorgado por el rey Ptolomeo II. ⌈⊂⌋
REFERENCIAS
-Amenábar, Alejandro (2009). Ágora. España.
-Estrabón (2001). Geografía (trad. J. L. García Ramón, J. García Blanco y M.ª J.
Meana Cubero). Madrid: Gredos, tomo II.
-Gálvez, Pedro (2004). Hypatia. Madrid: Lumen.
-Jaén Sánchez, Marcos (2018). La biblioteca de Alejandría. Madrid: Gredos.
-Korte y Handel (1973). La poesía helenística. Barcelona: Labor.
-Stone, Oliver (2004). Alexander. Filme. Estados Unidos.
-Tarn y Griffith (1969). La civilización helenística (trad.). México: FCE.
Puebla, 1956. Ensayista, narrador y traductor. Licenciado en Letras Clásicas y Maestro en Literatura Iberoamericana (UNAM). Es coordinador de la Colección Bilingüe de Autores Grecolatinos, dirigida al Bachillerato de la UNAM y es profesor-investigador de la UNAM (CCH Azcapotzalco), donde imparte las materias de Griego y Taller de Lectura y Redacción. Su obra incluye: Poesía erótica: Safo, Teócrito y Catulo (UNAM-CCH, 2020), Teócrito: poemas de amor, desamor y otros mitos (UAM-A, 2019), Pétalos en el aula. La docencia, lecto-escritura y argumentación (UNAM-CCH, 2018), Totalmente desnuda. Vida de Nahui Olin (Conaculta-IVEC, 2013). Ha colaborado en las revistas, Tema y Variaciones de Literatura, Texto Crítico, Liminar, La digna Metáfora, CambiaVías, Eutopía y Poiética.