Redacción cambiavías
En las inmediaciones de la conmemoración del día internacional de la mujer, Vaso Roto Ediciones invitó a la presentación del libro Sombra Roja. Diecisiete poetas mexicanas (1964-1985), que reúne escrituras lo mismo discordantes que similares entre sí, todas seleccionadas por Rodrigo Castillo, quien en epílogo nos anticipa que la finalidad de esta destilación poética es desmitificar el “discurso descentralizador en la cultura del país, pero con fuerte proyección hacia el centro”, y demostrar que es posible reunir expresiones de diversas latitudes geográficas.
Así, en el libro transitan autoras que van de los 32 a los 53 años, de acuerdo a su respectiva fecha de nacimiento, aunque si nos centráramos en su gestación como autoras, estaríamos hablando de lapsos de edad más inmediatos. Del total 6 provienen de ese centro que apabulla el mapa literario nacional y de ahí los horizontes lo mismo dan al norte al bajío que al sureste, aspecto vacuo este de la oriundez si al final consideramos un solo lenguaje: el poético.
Castillo nos dice que Sombra roja parte de “la idea del libro como un universo sin preámbulo: No intenta esclarecer el origen para el lector porque el origen mismo es laberíntico, pero sí ofrece una selección omnicomprensiva que lo abarca todo a partir del lenguaje como medio de dispersión y aspersión”. No obstante organiza el periplo de forma cronológica, lo cual confirma la necesidad perenne de asideros en la explicación de cualquier fenómeno, en este caso siluetas que se mueven en tiempos y destinos misceláneos.
La recomendación para interpretar el contenido como “una micro constelación, un atlas plural que conjura visiones de las escrituras del presente disparadas en direcciones no sujetas a poéticas establecidas”, es bienvenida, aunque habría que agregar otras posibles aproximaciones, análogas al asimiento creativo de las autoras: cronología invertida, oriundez, azar, agrupación aleatoria, en fin las voces incluidas merecen un recorrido a gusto del lector, quien lo mismo leería –parcial o completamente- que releería o evitaría.
En todo caso, lo cierto es que el libro sí logra emular la visita al museo que sugiere su compilador. Definitivamente uno puede elegir las escalas necesarias para recorrer de una en una, en conjunción, o de plano en su totalidad y volver o detenerse cuando una pieza-autora nos motive hacerlo.
Es, en efecto, una especie de instalación en donde unos elementos resultan con mayor magnetismo que otros y eso hace que el lector se detenga a fin de estar seguro que no se les escapa algún detalle de disfrute.
La bitácora final de este recorrido poético está plagada tanto de direcciones y estilos como de temas y símbolos. Se trata de diecisiete poetas que comparten a medio bocado con el lector una creatividad que desborda posibilidades. Lo mismo evaden que rozan, fragmentan, bocetan, reflexionan, narran o articulan. Lo ineludible son los hitos que quedan durante el viaje, esas sombras que nos inquietan y obligan a seguirlas para conocer más de ellas, más de sus mundos aprehendidos.
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Sombra roja. Diecisiete poetas mexicanas (1964-1985). Rodrigo Arellano, Selección y epílogo. Vaso Roto Ediciones, 2016