Dos veces bueno

Redacción cambiavías

Nada aplica mejor al libro de Víctor Manuel Mendiola Tu mano, mi boca. 59 variaciones sobre un plato (Dirección General de Publicaciones, Secretaría de Cultura-Ediciones Práctica Mortal, 2017) que la frase escrita por Baltasar Gracián: “Lo breve, si bueno, dos veces bueno”, a lo que añadía (sin ser este el caso) , ·”y aún lo malo, si poco, no tan malo”.

Lo anterior porque el poeta ensayista y editor nacido en la ciudad de México en1954 convida al lector un suculento recorrido por 59 segmentos de prosa concebidos desde la cotidianidad de los platos, las copas y los cubiertos. Sin embargo como deleite adicional, de forma sutil y deleitosa, hace que concibamos un encuentro entre amantes que sucumben seducidos en el curso de la cena .

En esta urdimbre creativa, Mendiola -responsable de Ediciones El Tucán de Virginia y ganador del premio Sor Juana Inés de la Cruz en 2010– se exhibe como un interprete de instantes que para la mayoría resulten vacuos, aunque conlleven deleitosa satisfacción.

Meticulosidad en la descripción y en la forma creativa que utiliza es el rasgo sobresaliente de esta obra. Para ello Mendiola observa y, como cirujano, elige donde hundir su bisturí, dónde regodearse con una precisión que circunda entre el soneto, el epigrama, el haiku, incluso.

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Un plato es una mano abriéndose en su propio pozo para recibir o para abrazar.

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Una taza es un hueco indeciso entre abrir y cerrar, entre sincerarse y ocultar.

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En el cuello estrecho de la botella –como una bolsa atada, como un sexo cerrado– no hay comunidad ni palabras en común. (…)

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El plato tiene la apariencia de una superficie, pero es la trampa de una bolsa retráctil. Una garra como un guante de sangre. Un estómago.

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Los ruidos de mi estomago y del tuyo en este momento fueron las palabras de amor de hace dos horas frente a nuestro plato.

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Te pienso y te divido con el cubierto de mi lengua. No necesito cuchara ni tenedor ni cuchillo.

Al final, como lo comenta Orlando González Esteva en la introducción, “su hambre acaba siendo el hambre que la realidad tiene que ser re-descubierta, y de serlo con fruición: de ser re-descubierta virgen”.