Redacción cambiavías
La tradición de revistas culturales en México es de viejo cuño y desde sus origen han representado el pulso vivo de nuestras letras, bien a través de la exhibición de nuevas creaciones o de la revisión de la labor creativa en todos los ámbitos de la cultura nacional.
Después del periodo nacionalista, algunas emergieron al amparo de otros medios impresos, inclusó germinaron en su interior a través de suplementos. En este período la presencia de revistas universitarias dedicadas a la divulgación de la cultura también fue, y sigue siendo, notable. Entre estas últimas la Revista de la Universidad de México tiene una presencia preponderante, entre otros, por los siguientes motivos: su constancia, sus contenidos, su diversidad, pero sobre todas las cosas por su constante renovación.
Ello a colación del inicio de su nueva época, puesta en marcha por su nueva directora Guadalupe Netel, quien asumió este cargo a partir de la llegada de Jorge Volpi como Coordinador de Difusión Cultural en la máxima casa de estudios de México. A ella correspondió argumentar el fin de una época, en el número 168, y anunciar el nacimiento de un nuevo momento editorial el pasado septiembre.
En el primer caso, destacó el sentido de organismo vivo que caracteriza a cualquier revista literaria, sobretodo la afinidad necesaria que debe existir entre sus miembros a fin de desarrollar conversaciones y confrontar puntos de vista. También subrayó un factor preponderante en su consolidación y transformación: la influencia de sus lectores y del contexto al cual se integró y evolucionó hasta morir y renacer. Con ello Netel declaraba el fin de una época, que se prolongó 13 años, cimentada en las letras mexicanas para iniciar otra cuyo rasgo primordial sería la interdisciplinariedad.
En el segundo caso, es decir en el primer número de la nueva época, anunció que lo prioritario sería retomar una de las grandes tradiciones de la revista: la edición de números monográficos en torno a un tema relevante, desde puntos de vista tan diversos como las humanidades, las ciencias, el arte y la creación literaria. Su objetivo, enfatizó, será convertir a la Revista de la Universidad de México en un espacio de diálogo y de reunión para universitarios de todas las disciplinas, un lugar que invite al pensamiento crítico, lo mismo que a la tolerancia y al pensamiento crítico.
Identidad y Revoluciones son los temas seleccionados para los dos primeros números de la nueva etapa de esta publicación. Como lectores acostumbrados a su tamaño previo, lo primero que se añora es la flexibilidad de su formato para leerla. Lo compacto de su formato actual facilita su transportación, no así su lectura. Mas allá de este detalle, es notable la organización de sus secciones: dossier sólido y de interés; crítica de artes escénicas; discusión multidisciplinaria sobre temas científicos; reflexión sobre la ciencia política y otras cuestiones sociales; un espacio de personalidades histíricas y ficticias; apartados de reportaje, crónica y testimonio, así como las reseñas tanto de libros como de obras musicales o cinematográficas.
Aunque es prematuro hacer un balance de un recorrido recién iniciado, sí es viable referir su importancia en el contexto de otras publicaciones de la UNAM y de aquellas con sentido comercial, pero enfocadas en los temas culturales. En el primer caso, debemos recordar que el portal electrónico de las revistas que publica esta casa de estudios alcanza los 141 títulos, siendo los correspondientes a la divulgación y la cultura 35. Esta numeralia es trascendente ya que la diversidad de temas y colaboraciones que se pretende abarcar podría caer en similitudes innevitables con los contenidos de otras publicaciones de su misma sede universitaria.
Respecto a otras revistas con mayor distribución y alcance del público, definitivamente la calidad y el contenido la Revista de la Universidad le otorga personalidad propia y capacidad para sobrepasar cualquier contraposición. Sin duda sus temas y colaboradores sobrepasan cualquier parangón con sus similares encontradas en centros comerciales y puestos de revistas.
Por lo tanto resulta pertinente, además de ineludible, celebrar este nuevo momento de la revista emblema de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Sus 170 números publicados hasta ahora dejan constancia de un compromiso por la difusión de la cultura de México, pero sobretodo con la labor editorial universitaria.