Luis Ayhllón
SEGUNDA PARTE
I
Gema
- No se me da esto de las citas.
- ¿Por qué, bebé?
- No lo sé. Te agradezco que hayas aceptado.
- No hay por qué.
- Me dijiste, perdona. Lo olvidé. ¿En qué trabajas?
- En Banco Azteca.
- Ah, sí. Una vez fui.
- Ya.
- Me caga.
- Okey.
- ¿No estás haciendo la cuarentena?
- No, tenemos que ir.
- ¿Y te gusta?
- No me queda de otra.
- ¿Te gusta tu trabajo?
- Te pareces a Cantinflas, me gustas.
- Ah, gracias. Qué amable. ¿Te gusta tu trabajo?
- Pues no, pero no hay de otra.
- Ah, ya.
- Sí.
- ¿Qué te gusta hacer en tus ratos libres?
- ¿Vamos a masturbarnos o qué?
Moisés escupe la bebida.
- No, bueno, espera. Espera. Necesito decirte algo.
- Sácatela, anda, bebé. Te dije que me gusta mirar.
- No, mira. Yo…
- Ajá.
- Yo, yo. Mira. No quiero que te vayas a sacar de onda.
- Ajá.
- Yo, yo. Me llamo Moisés.
- Sí, ya lo sé, como el de Los 10 mandamientos.
- Sí, ese. El barbón.
- Sí.
- Ajá.
- Pero, bueno. No me apellido como te dije.
- No importa.
- Soy el hermano de Lucas.
- …
- Lucas Sandoval.
- Sí… y, a ver, en feis dijiste…
- Sí, perdona. No. Mira, no te vayas. Sólo quiero decirte algo.
- No quiero saber nada de ese hijo de puta.
- Lo sé, lo sé. Abrí una cuenta falsa en el feis.
- ¿Por qué?
- Para que aceptaras mi amistad. Disculpa, estoy nervioso. Lucas desapareció.
- Ese cabrón me debe 8 mil pesos.
- No te preocupes por eso, Gema.
- ¿Qué?
- ¿Te debe dinero?
- Sí.
- ¿Cuánto?
- 8.
- Yo te pago.
- ¿Neta?
- Sí.
- Yo te lo pago, pero déjame hablar contigo.
- ¿Cuándo?
- Pues, ahora.
- Ahora, ¿me pagas?
- No, ahora hablamos. Te pago después.
- ¿Y cómo creerte?
- Tengo palabra.
- ¿Cómo la de tu hermano?
- Mira, Gema. No sé cómo te llevabas con él, no sé lo que te hizo, pero quiero que sepas que en estas semanas de confinamiento, me di cuenta de algo:
- ¿De qué?
- Era buena gente.
- No.
- ¿No, qué?
- …
- ¿De qué te ríes?
- …
- ¿Por qué te ríes?
- Bueno, ya. ¿Qué más?
- Sólo explícame eso.
- ¿Qué?
- ¿Por qué la carcajada?
- Lucas no era buena persona. Cuando anduvimos juntos se tiró a mi tía Katy.
- No manches, ¿en serio? ¿Quién es Katy?
- Sí. Y en mi cumpleaños.
- …
- Y en el baño de la casa.
- …
- ¿Para qué me quieres? ¿Por qué me contactaste?
- Por dos cosas.
- Ajá.
- Saber si sabes algo de él.
- No. La última vez que supe algo de él, me pidió ocho mil pesos.
- Sí.
- Eso fue hace tiempo.
- Okey. Ya lo dijiste.
- ¿Y la segunda?
- Bueno, la más importante.
- Ajá.
- Quisiera, mira, quisiera ser amigo de Moi, mi sobrino.
- …
- ¿Qué?
- …
- ¿Qué pasa?
- ¿Es broma?
- No. Lo juro. Hace poco me enteré que se llama Moisés, por mí.
- ¿Quién te dijo?
- Lucas.
- ¿Qué más te dijo?
- Que tiene 10 años.
- Pues, no.
- ¿Qué pasa? ¿Dije algo que no?
- ¿Ves?
- ¿Qué?
- Y tú diciendo que es buena gente.
- Lo es, lo es.
- NO.
- ¿Por qué?
- Mi hijo murió a los 2 años. Poco después de que tu hermano se largó.
- ¿Es neta?
- Sí.
- Perdona. ¿Qué le pasó?
- Un problema congénito.
- Perdona.
- ¿Qué se le va a hacer?
- Yo quería, de verdad, yo quería…
- …
- ¿Tienes otro hijo?
- ¿Y para qué lo quieres?
- No sé, para ser su tío.
- ¿Hablas en serio?
- Sí, puedo ser su tío.
- No.
- ¿No tienes o no quieres?
- No quiero, ¿cómo crees? Es muy raro eso. Me saca de onda.
- Perdón.
- Está bien.
- Era para/
- No importa.
- …
- ¿Entonces?
- No me la voy a sacar.
- No, el varo. ¿Cómo le hacemos?
- Ah, ya. Te marco a tu cel y lo vemos.
- Okey.
- Gracias, Gema.
- De nada.
Gema sale de reunión al igual que Moisés.
Moisés marca desde su cel.
II
Moisés y Gema
- Muchas gracias por estar aquí, Gema.
- N’ombre. Para nada.
- De verdad, gracias.
- Es un placer. ¿De qué quieres hablar?
- De lo que tú quieras.
- No, no lo creo.
- Sí, por favor.
- No, así no va a funcionar.
- ¿Por?
- Tú me pagas por estar aquí. Yo con gusto te escucho.
- Bueno, pero puedes hablar de cosas.
- No, gracias. Yo te escucho, en eso quedamos.
- ¿No quieres realmente estar aquí?
- No, sí. Sí quiero. No te confundas.
- Pero lo haces por dinero.
- Pues sí, Moisés.
- Si no te pagara, no estarías aquí.
- Pues no, Moisés.
- ¿Dónde estarías?
- Viendo Netflix. No sé.
- Bueno, eres honesta.
- …
- Por lo menos no me mientes.
- No.
- Está bueno. Quiero hablar de Lucas.
- De lo que quieras está bien.
- No aparece.
- ¿Quién?
- Lucas. No lo encuentro.
- Lo siento.
- Fui a su casa. Simplemente desapareció. Hablé a sus contactos. Nada. Fui a los hospitales aledaños. Nada. Fui a la Semefo. Nada.
- Chale, qué mal.
- De la chingada, Gema. De la chingada.
- ¿Y si se fue la ciudad?
- Imposible. Estaba haciendo la cuarentena.
- Fuiste a ver a los enfermos.
- Fui a ver a esos putos enfermos.
- Oye, no.
- ¿Qué?
- No les digas así.
- Sí. No es eso.
- Pero no les digas así. Mi tío Chema murió por ese virus y era muy buena gente.
- Perdón, ¿era hipertenso?
- ¿Dónde más lo buscaste?
- Debo decirte algo. Quiero que sepas algo de mí.
- ¿Qué?
- Algo me pasó.
- ¿De qué o qué?
- Cuando buscaba en uno de los hospitales a Lucas.
- Sí.
- Pues, me tocó ver en urgencias a un hombre que había sido atropellado… Llegó en una ambulancia. Los paramédicos lo bajaron y lo ingresaron. Cuando pasó, a unos cuantos metros de mí, me percaté que una línea de sangre muy delgada dejaba un rastro en el suelo. La camilla se alejaba y yo veía los metros de hilo rojo en el piso. Yo, yo. Pues estoy jurado, pero por un momento quise, con todas mis fuerzas, darle una lamida al suelo.
- ¿Lamer el suelo del hospital?
- Sí.
- ¿Neto?
- Sí.
- Ah.
- ¿De qué te ríes? Oye, es algo íntimo. No te pago para que te burles de mí.
- ¿Cómo no quieres que me ría?
- No es gracioso. Es algo, es algo/
- Sí, es gracioso. Perdona. Pero sí es gracioso.
- Oye, oye. Es en serio.
- ¿Es en serio?
- Sí.
- ¿En serio? ¿De verdad?
- De verdad.
- ¿Puedo expresar mi opinión?
- No.
- ¿Por qué?
- Sólo quiero alguien que me escuche.
- Una pregunta.
- Sí.
- ¿Por qué no contratas un psicólogo? Tengo un tío…
- ¿El tío Chema?
- No. Él está en el Panteón Jardín.
- Sí. Perdón. Se murió. Sí.
- Es mi tío Ramón. Él es psicólogo y cobra más barato que yo. Mira, a mí no me conviene, pero te lo digo en buena onda. Creo que necesitas hablar con un profesional.
- Tú eres una profesional.
- No soy profesional.
- Pareces profesional.
- Trabajo en Banco Azteca. ¿Qué de profesional tiene ese banquito cutre?
- Me cagan los bancos.
- ¿De dónde sacas que soy una profesional?
- Te quiero a ti, no a tu tío Ramón.
- Pero ni siquiera me dejas opinar.
- Bueno, está bien.
- ¿Qué?
- Opina.
- …
- Opina, opina.
- Ok. Mira, Moisés. Yo sé que en el fondo, eres buena gente. Me pagaste la deuda de tu hermano y querías genuinamente conocer a tu sobrino. Te creo. Eso no está en duda. Eres un hombre bueno. Pero, ¿qué pedo contigo? No mames, Moisés. ¿Qué es eso de la sangre? ¿Del hospital?
- Me gusta la sangre, qué quieres.
- ¿Bebes sangre?
- Ahora no. Estoy jurado.
- ¿Jurado, cómo?
- Me vi con Lalo por zoom, el de la parroquia, para jurarme.
- ¿Quién es Lalo?
- El cura.
- ¿Y ese cura, qué?
- Pues, nada. Él sabe que soy vampiro.
- A ver, el cura sabe, ¿vampiro?
- A ver, Gema, concéntrate.
- Es que todo es muy/
- Sí, soy vampiro. Ya, supéralo. Necesito la sangre. Es algo, es algo/
- Ramón es bueno. Deberías hablar con él.
- A ver, me vale verga Ramón.
- No, no, no.
- ¡Yo te quiero a ti!
- No voy a permitir que te pongas grosero.
- Es que no me escuchas.
- Pues es que no es fácil, sí, está bien, me pagas, pero estar escuchando ese tipo de cosas, pues mira, no soy una planta de interiores. Te pones a hablar esas cosas, pues yo tengo que reaccionar. ¿Qué esperas? ¿Que ponga cara de profesora?
- Sí. De maestra de secundaria.
- No puedo.
- De maestra de civismo.
- No puedo poner cara de maestra de civismo.
- ¿Por qué?
- No puedo.
- Sólo escucha y ya.
- Estás más pendejo que Lucas.
- ¿Qué?
- No, nada.
- ¿Qué fue lo que dijiste?
- Nada.
- Te escuché.
- Bueno, ya perdón.
Moisés sale de la reunión.
- Moisés. Moisés. Chale…
Gema sale de la reunión.
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Ciudad de México, 1976. Dramatrugo, guionista y director mexicano. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte snca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes fonca. Miembro del taller de la Royal Court of London en México. Ganador del Premio Nacional de Literatura 2006, en la rama de teatro; del Premio Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera 2004; del Premio Nacional de Teatro para Adolescentes 2004; y del Premio Oscar Liera a la Mejor Dramaturgia 2004, entre otros premios y reconocimientos. Su trabajo en cine incluyen el guión del largometraje Caja Negra; el guión y la realización del mediometraje Instrucciones para acabar con la neurosis; Dodo fue su ópera prima como director de cine (2013); en 2016 escribió y dirigió Nocturno.