Un Programa con interrogante

Una nueva versión de Pedro Paramo en inglés (Grove, 129 pp, paperback) motiva pensar la traducción de autores mexicanos como una herramienta fundamental de promoción de nuestro país en el exterior. En ese trabajo, realizado tradicionalmente por las casas editoriales, la participación estatal no es visible y la oportunidad de posicionar a México a través de sus escritores se desvanece.

Esta actividad, de gran potencial como herramienta de difusión cultural internacional, tiene un antecedente notable con el Programa de Apoyo a la Traducción (PROTRAD) de la Secretaría de Cultura, el cual dejó de operar varios años hasta la emisión de su convocatoria en 2022. A diferencia de ediciones previas, con opción para que editoriales mexicanas y extranjeras solicitaran apoyo de manera individual, esa edición incluyó una clausula que condicionaba a las editoriales elegidas para recibir apoyo a realizar la traducción y la publicación de otro autor de sus respectivos países en reciprocidad. No hubo ninguna editorial seleccionada y la convocatoria se declaró desierta.

En el panorama actual las salvedades son las traducciones de autores extranjeros realizadas por editoriales pequeñas en México y aquellas de autores mexicanos realizadas por editoriales extranjeras a partir de acuerdos con agencias literarias, autores y/o herederos de legados literarios. El balance es variopinto, tanto en cantidades como en autores e idiomas elegidos.

Opción con suma de esfuerzos

A pesar de este panorama, existen notables excepciones que realiza la cancillería mexicana desde sus agregadurías culturales . Ante la falta un programa específico que estimule la traducción de autores mexicanos en el extranjero, las Representaciones de México tienen como opción el patrocinio de estas actividades por parte de personas e instituciones interesadas en las expresiones culturales de nuestro país.

Un ejemplo de ello es la reciente publicación de “Nueva York versus el Zapotito”, pieza teatral de Verónica Musalem, que fue traducida del español al árabe por Shadi Rohana a través de las gestiones de la Embajada de México en Arabia Saudita y el patrocinio de un empresario de este país. Esta conjugación de esfuerzos hizo posible el acceso a una obra traducida previamente a otras idiomas que aborda la migración de una joven de Oaxaca, trascendiendo tiempo y geografías y exhibiendo sentimientos humanos universales.

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